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22 Oct 2014
Ser 'mejor' competitivos - Google Images

Ser ‘mejor’ competitivo…

Si prefieres escuchar el podcast en COPE Alicante, puedes hacerlo aquí a partir del minuto 42:20.

Siempre se habla de ser más competitivos, pero cuando hablamos de ser ‘mejor’ competitivos… ¿a qué nos referimos concretamente?

Me refiero a que desde pequeños y todavía hoy nos enseñan a ser más competitivos, nos apuntan hacia referencias exteriores para medirnos continuamente. Esto pasa, tanto en el mundo personal, como en el mundo empresarial.

Y a medida que va pasando el tiempo nos vamos llenando de ansiedad para conseguir continuamente ser ‘mejores’ que otros, lo que también nos provoca infelicidad. Nos sentimos frustrados…

Ser 'mejor' competitivos - Google Images

Los niños luchan por ser más competitivos que sus amigos. Los adultos luchan por ser más competitivos en de sus empresas. Las empresas luchan por ser más competitivas en sus sectores. Y los países luchan por ser más competitivos en el mundo.

Y yo me pregunto… ¿ser más no nos conduce a ser menos?

Cuando estamos siempre centrados en ser mejor que lo que tengo al lado, paso más tiempo centrado en lo de al lado que en mí mismo.

¿Cuáles son los motivos por los que la competir más produce ansiedad?

La competitividad es como un virus que se inocula dentro de nosotros cuando somos pequeños. Y ese virus nos lleva a competir, incluso, con nosotros mismos, porque siempre pensamos que podemos ser mejores.

Muchas personas que se llaman a sí mismas ‘perfeccionistas’, son presas de este virus de la competitividad. Concretamente cuando ese perfeccionismo conduce a la inflexibilidad con uno mismo y, por traslación, con los demás.

Ese perfeccionismo es un virus que se nos ha inoculado desde la infancia, se ha introducido en nuestro inconsciente y, aunque no es imposible, es complejo de modificar.

Además, hay que tener en cuenta que una gran cantidad de gente, por desgracia, no es feliz en su trabajo y, sin embargo están obligados a competir, a ser mejores. Se trata de una bomba de relojería para la ansiedad.

Ante esta situación… ¿qué proponemos?

Centrarse primero en uno mismo. Cuando trabajamos en nuestro interior, nuestro reflejo al mundo exterior se vuelve mucho más rico, más interesante.

Cuando me centro en mí misma, soy capaz de descubrir cuáles son mis capacidades, dónde están mis limitaciones, cuáles de mis diferencias son las que aportan, realmente, un valor diferencial y mejor para mi entorno.

Trabajar en mi interior me permite competir mejor en lugar de competir más.

¿Cuáles son las características principales de competir mejor?

Algo se convierte en más realizable cuanto más sencillo es. Y he definido tres cosas que nos pueden ayudar a competir mejor…

Desarrollarme mejor y disfrutar en el camino de mi desarrollo.

Para desarrollarme mejor tengo que centrarme en mí y buscar hacer aquellas cosas por las que siento pasión.

Cuando hacemos aquello que nos apasiona, nos divertimos en el camino mientras lo hacemos. Y, además, aprendemos mejor porque nos gusta aquello que hacemos. Y, en tercer lugar, somos capaces de encontrar aquellos aspectos que destacan positivamente en nosotros mismos, lo que nos diferencia de los demás, nuestros valores diferenciales.

Por estas razones y sin quererlo, cuando nos centramos en desarrollarnos y evolucionar conseguimos, como consecuencia natural, competir mejor.

Colaborar, generando sinergias con los valores diferenciales.

Cuando somos conscientes de nuestras capacidades, tenemos más seguridad y más confianza en nosotros mismos. Y esto provoca que podamos aparecer ante el mundo más serenos.

Esa serenidad nos permite observar con mayor detenimiento lo que ocurre a nuestro alrededor. La observación nos permite tener la mente más abierta y detectar las oportunidades que pasan ante nuestros ojos.

Nuestra seguridad nos permite ver a los demás como potenciales colaboradores en lugar de como competidores.

Y la colaboración nos conduce a ser más productivos y más eficientes en el desempeño de nuestro trabajo. Por tanto, también nos conduce a competir mejor.

Alinear valores.

Reflexionar sobre nuestros valores y establecer nuestros valores prioritarios nos aporta una elevada coherencia interior.

Cuando conocemos nuestros valores, será fácil establecer la alineación de los mismos con las personas que nos rodean: nuestra familia, nuestros amigos y nuestros colegas profesionales.

Cuando, en el entorno profesional, alineamos nuestros valores con los de nuestro equipo, con los de nuestros colaboradores, las relaciones profesionales poseen una mayor fluidez.

Y cuando fluimos en nuestro día a día profesional, competimos mejor.

Además, los valores son, en muchas ocasiones, los que doblegan nuestra voluntad, son la brújula que nos permite seguir el camino que nos hemos trazado.

Si pensamos en algunas personas conocidas por todos, por ejemplo, Rafael Nadal, sus valores son los potenciadores que le han llevado a la excelencia. La perseverancia a la hora de entrenar, su capacidad de aprendizaje permanente y su incansable humildad le convierten en la persona que es y, además, le diferencian de los demás.

La capacidad de visión de Steve Jobs era su gran valor diferencial y puso a Apple en un lugar de excelencia.

Siempre son los valores diferenciales los que nos permiten competir mejor.

Conclusiones…

Cuando nos centramos en desarrollarnos mejor, lo que ofrecemos hacia afuera es mejor y por tanto nos convierte en personas que no buscamos competir más, sino competir mejor.

admin

Mis valores son la flexibilidad, el respeto y la comunicación. Consultora, Formadora y Coach en coaching organizacional, desarrollo de habilidades de dirección y comunicación interpersonal y organizacional. Me entusiasma acompañar en las transformaciones de las personas y las organizaciones a través de la consultoría y la formación.

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