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08 Ago 2012
Magnanimidad

¿Quieres ser magnánimo?

Tener magnanimidad significa tener grandeza y elevación de ánimo, tener valor y alegría vital.

Por el contrario, ser un pusilánime supone estar falto de ánimo y valor para tolerar las desgracias o para intentar cosas grandes.

Todas las personas disponemos en nuestro interior de la majestuosidad suficiente como para llevar a gala esa magnanimidad.

¿Cuál es la diferencia entre ser un pusilánime o un magnánime?

Un pusilánime es aquel que busca el origen de sus problemas y de sus males en el exterior y, normalmente, culpa a otros de lo que le acontece y suele creer que el mundo está contra él.

Un magnánimo, por el contrario, se sabe el hacedor de su destino, sabe que los resultados que obtiene en la vida son la consecuencia de sus actitudes y dibuja cada día el contenido del lienzo de su destino. No busca culpables en el exterior, sino que es responsable y aprende de sus errores lo que le aporta mayor magnanimidad.

¿Cómo convertirse en magnánimo?

Todos tenemos los recursos suficientes en nuestro interior como para convertirnos en personas con altas dosis de magnanimidad.

La primera cosa importante es buscar el equilibrio interior que viene acompañado del silencio interior. Cuando acallamos los pensamientos que nos limitan, nos comienzan a invadir sensaciones de alegría y bienestar y comenzamos a tomar consciencia de que la forma en que vivimos sí depende de nosotros, que cada uno de nosotros tiene los recursos suficientes como para tomar las riendas de su destino y caminar en dirección a sus objetivos.

Después es conveniente desarrollar el respeto. Primero hacia uno mismo, porque respetándose a uno mismo se será capaz de respetar a las personas del entorno. Y el respeto es fundamental para fomentar la confianza y las relaciones humanas.

Es necesario también aumentar nuestro nivel de flexibilidad, tanto para aceptar que hay mapas diferentes al nuestro como para adaptarse a las circunstancias cambiantes que nos ofrece, cada día, nuestra vida. Adaptarse a los continuos cambios y gestionar ese cambio continuo adecuadamente es una garantía de éxito personal y profesional.

En el camino hacia la magnanimidad, también hemos de ser humildes porque ello contribuirá a que el nivel de nuestra autoestima esté en el lugar adecuado. La humildad es necesaria para reconocer errores e imprescindible para aprender de ellos y evolucionar y desarrollarnos. En definitiva, la humildad nos ayuda a crecer.

Si, además, desarrollamos la creatividad podemos buscar soluciones diferentes que nos reporten resultados diferentes. Y esto es importante cuando algo no funciona y haciendo uso de nuestra flexibilidad nos vemos abocados a pivotar y caminar hacia otra dirección. Hacer rápido este ejercicio nos permitirá no perder el control de nuestras vidas. Y la habilidad de la creatividad es fundamental en este caso.

Por último, la perseverancia nos acompañará para pasar a la acción y mantener esa acción en el tiempo. Si no queremos permanecer en la inactividad por la parálisis, la perseverancia será una excelente compañera de camino.

¿Cómo aprovechar la magnanimidad en el contexto actual?

En los momentos de crisis en general y cambios como los actuales, en particular, es la actitud adecuada para no dejarse abatir por noticias y victimismos varios.

Las crisis son oportunidades y bien gestionadas aportan aprendizaje y nuevos recursos de los que antes no se disponía.

Por tanto, ser magnánime en los momentos actuales -o en los momentos de crisis- es una necesidad para crecer, evolucionar y conseguir que para cuando acabe la crisis, nuestro mundo, nuestro camino y nuestro entorno sea mejor que el anterior.

De cada uno de nosotros depende…

Feliz día!!

Carolina Hernández

admin

Mis valores son la flexibilidad, el respeto y la comunicación. Consultora, Formadora y Coach en coaching organizacional, desarrollo de habilidades de dirección y comunicación interpersonal y organizacional. Me entusiasma acompañar en las transformaciones de las personas y las organizaciones a través de la consultoría y la formación.

2 comentarios

  1. Escuche por primera vez este termino en una charla magistral de Fredy Kofman

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  2. Hola qué tal, aún cuando ya casi llego a los 50, he estado estancafo
    Escuche hace como 10 años la palabra pusilánime cuando alguien
    Se refirió a mí con este adjetivo, aunque en su momento no supe
    Qué contestar, no fui más a fondo. Y qué bueno porque quizá hubiera
    Tomado una mala desicion. Hoy la retomo y veo que no es tarde
    Para cambiar de fondo. Quisiera mas información al respecto
    Gracias

    Responder