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22 Nov 2017
cerebro y emociones

Empatía y relaciones sociales.

Debido a mi trabajo, tengo la oportunidad de observar con profundidad los modelos de relación que existen entre las personas. Y muchas veces me planteo que si, en general, tuviéramos más empatía, el mundo funcionaría mejor.

La empatía es una capacidad que desarrollamos en nuestra infancia a través de la aproximación emocional al otro. Una capacidad clave para la relación con el otro. Una capacidad esencial en la cohesión y la supervivencia del grupo.

cerebro y emociones

Así que, investigando acerca de la empatía, he tomado consciencia de que no todo el mundo tiene el mismo nivel de empatía. Podríamos decir que la empatía se enmarcaría dentro de una campana de Gaus, por lo que tendríamos un grupo de la población con un escaso o escasísimo (en los extremos) nivel de empatía, una gran mayoría que tendría una empatía normalizada y un grupo con un exceso nivel de empatía o superempatía (en el extremo).

Es por este motivo, que no todos vamos a comprender a los demás de la misma manera, sino que unos lo hará con un nivel mayor que otros.

Además, investigando sobre este tema, he descubierto que las personas emocionales y las personas racionales tienen cerebros ligeramente diferentes y esto afecta en que unos tengan una empatía más afectiva (los emocionales) y los otros una empatía más cognitiva (los racionales).

La empatía afectiva es tener la capacidad de sentir lo que el otro siente y las personas emocionales reaccionan emocionalmente frente al sentimiento y la expresión de la otra persona. Implica una capacidad emocional de la persona.

La empatía cognitiva es comprender lo que el otro está sintiendo a partir de un conjunto de signos que está emitiendo. Se limita a un trabajo cognitivo de la persona.

Generalmente, los dos tipos de empatía caminan de la mano, pero en otros casos se presentan de manera aislada o una muchísimo más desarrollada que la otra. Un ejemplo de esta disociación serían los psicópatas, quienes pueden comprender lo que el otro siente, pero no llegan a sentirlo, por lo que se convierten en manipuladores superlativos porque tienen una percepción del otro como algo indiferente que se puede ‘utilizar’.

En cuanto al desarrollo de la empatía, la empatía cognitiva se puede desarrollar a lo largo de nuestra vida. La empatía afectiva es más difícil de desarrollar en los adultos. Para el adecuado desarrollo de este tipo de empatía en la infancia, influye mucho el entorno emocional en el que se desarrolla el niño. En madres que han tenido episodios de depresión postparto durante el primer año de vida de su hijo, puede influir en el desarrollo de una menor empatía emocional en el niño. Y, de una forma fisiológica, también influye, por ejemplo, un alto nivel de testosterona que puede hacer menos empático emocionalmente al bebé.

Profundizar y entender cómo funciona la empatía en las personas es fundamental para resolver problemas, por ejemplo, de acoso escolar, sobre todo, gracias a la capacidad de desarrollo de la empatía cognitiva.

El método KIVA contra el acoso escolar ya se ha puesto en marcha en países como Finlandia, donde se realizado un estudio que ha dado como resultado la desaparición del acoso escolar en 7 de cada 10 niños.

En una situación de acoso existen 3 protagonistas: víctima, acosador y testigos.

Normalmente, nos centramos en la víctima o en el acosador para solucionar este tipo de situaciones.

El método KIVA cambia el foco y se centra en los testigos. Educar a los testigos y hacer desarrollar su empatía cognitiva, haciéndoles comprender lo que siente la víctima es muy útil en este tipo de situaciones. Cuando el acosador se encuentra con que no tiene el apoyo esperado de los testigos, sino que estros reprochan o reprueban su conducta, las situaciones de acoso se suelen terminar.

Y este tipo de situaciones se pueden solucionar educando en la empatía a los niños, adolescentes y adultos de nuestra sociedad.

admin

Mis valores son la flexibilidad, el respeto y la comunicación. Consultora, Formadora y Coach en coaching organizacional, desarrollo de habilidades de dirección y comunicación interpersonal y organizacional. Me entusiasma acompañar en las transformaciones de las personas y las organizaciones a través de la consultoría y la formación.

Un comentario

  1. Gracias por este excelente artículo.

    Creo que falta una «s» en Gaus.

    Responder

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