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14 May 2014
Colaborar en lugar de competir - Google Images

Colaborar en lugar de competir

¿Cuál es la diferencia entre colaborar y competir?

Competir significa luchar por un interés o por conseguir un objetivo, entre dos o más individuos, con la idea inicial de que exista un ganador y un perdedor.

Colaborar, sin embargo, significa estar inmerso en un proceso donde se involucra el esfuerzo de varias personas para, bien conseguir un resultado muy difícil de realizar de manera individual, bien ayudar a alguien a hacer algo que por sí mismo no podría.

Competir ensalza el ego. Colaborar desarrolla la humildad.

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En este sentido y comenzando por el principio, ¿a qué nos enseñan en el cole, a competir o a colaborar?

La educación actual es muy dual en este sentido. Por un lado, en la educación se fomentan una serie de valores como ciudadanía, ética, trabajo en equipo… pero… ¿la realidad es esa? Lamentablemente, la realidad no es esta de manera generalizada. No lo es porque no se fomenta tanto el trabajo en equipo como los exámenes individuales; hay una persona que saca las ‘mejores’ notas, no un equipo que ha trabajado en conjunto y recibe la misma calificación. Se busca con mayor frecuencia al mejor (notas, deporte, manualidades, etc.) que al equipo que mejor trabaja en colaboración.

Por ejemplo, estudiar en grupo ampliaría mucho las perspectivas individuales, pero los deberes no suelen ser para trabajarlos en equipo, sino para hacerlos individualmente.

Por tanto, ya desde la educación temprana no se fomenta especialmente la colaboración.

¿Y en la Universidad?

En la universidad pasa un poco lo mismo durante la carrera. Yo, actualmente, me encuentro estudiando el grado de Antropología y observo que, en este sentido, se ha evolucionado bastante, pero todavía hay áreas de mejora. Estoy en segundo curso y tan sólo he tenido dos asignaturas en las que realmente hemos tenido que trabajar en equipo y se nos ha evaluado en bloque. En el resto, hay foros en los que participar y demás, pero los trabajos se entregan de manera individual, igual que la realización de los exámenes.

Sin embargo cuando estamos hablando de investigación, la cuestión es diferente. La mayoría de los investigadores en el ámbito científico como la física, la química, la medicina o la neurología, por ejemplo, son conscientes de que son un eslabón de una cadena muy grande. Una cadena que comenzó en el pasado, cuando ellos no existían y continuará cuando dejen de existir. Esa realidad de saberse un solo eslabón en una cadena potencia, de manera directa, la colaboración. Y es que solo se llega antes, pero cuando colaboras llegas más lejos.

Y en el mundo laboral actual, ¿se colabora o se compite?

Aquí también hay varias cuestiones…

Por un lado están los emprendedores, que no tienen el suficiente conocimiento o la experiencia o ambas cosas. En este sentido necesitan colaborar, relacionarse con otras personas que les puedan aportar aquello que les falta y que no pueden pagar.

Debido a este cambio social, estamos asistiendo a la creación de espacios de trabajo llamados de coworking. El ‘co’ de coworking tiene relación con la colaboración, con el compartir un espacio. La crisis que hemos vivido ha potenciado el crecimiento de estos espacios que, además, se han visto interesantes, porque ya no trabajas solo, sino con otras personas con las que puedes compartir cosas y que te pueden ayudar en momentos determinados.

Por otro lado está el aumento de los llamados ‘freelance’, personas que ofrecen determinados servicios de manera autónoma y cuyo crecimiento pasa o por montar un negocio o por la colaboración con otros profesionales.
Sinceramente, este es un modelo que a mí me encanta porque te permite acometer proyectos más grandes con personas profesionales cada uno en su área y cuando finaliza ese proyecto, cada uno continúa su camino.

Cierto es que este modelo tiene que estar fundamentado en la confianza, el respeto y la comunicación. Por tanto, no sólo tiene que ver aquí la parte aptitudinal, el conocimiento en la materia, sino también una parte actitudinal, una forma de ser que encaje, unos valores que se compartan. Cuando se tiene el conocimiento y la parte actitudinal fluye en el equipo, se pueden llegar a conseguir resultados espectaculares.

Y por otro lado están las empresas, pequeñas, medianas o grandes. En este ámbito, la colaboración todavía no está bien desarrollada. Se tienen miedos y desconfianzas. Todavía no se entiende adecuadamente el hecho de que es mejor coopetir (competir desde la colaboración) que competir abiertamente. Los miedos son producto de inseguridades o de experiencias previas negativas. Pero lo cierto es que el mundo está cambiando y cuando te encuentras una empresa que trabaja desde la colaboración empresarial en lugar de desde la competencia exacerbada, las cosas, curiosamente, les suelen ir mejor… Este tema, realmente, da para mucho más.

Y esto del ‘Aprendizaje Colaborativo’ que ahora suena tanto, ¿qué es concretamente?

Esto es un tema muy interesante…

El ‘Aprendizaje Colaborativo’ es un enfoque que trata de organizar las actividades dentro de cualquier aula y convertirlas en una experiencia social y académica de aprendizaje.

El aprendizaje con este enfoque depende del intercambio de información entre los estudiantes. La motivación para estos estudiantes es doble: por un lado, lograr su propio aprendizaje; y, por otro, ampliar el aprendizaje de los demás.

También existe ya lo que se denomina el ‘Aprendizaje Cooperativo’. La diferencia entre ambos es que en el colaborativo es el profesor quien establece los objetivos y la estructura y, por tanto, posee el control de los resultados que se desean obtener. Y en el cooperativo, son los propios alumnos quienes diseñan su estructura de interacciones y, por tanto, no está predeterminado un resultado concreto.

Ejemplo de este tipo de aprendizaje lo tenemos en todas las wikis, con la Wikipedia como emblema actual del aprendizaje cooperativo.

Como conclusión…

Mi visión es que, lo queramos o no, vamos hacia un mundo más colaborativo. La tecnología, las malas experiencias actuales con el individualismo y la propia evolución del ser humano nos lo indican así.

Como resumen, me quedo con que un modelo competitivo es un modelo inflexible y rígido puesto que siempre tiene que haber ganador y perdedor. Un modelo colaborativo es, por la contra, flexible y sustentado por la comunicación de los componentes en el que se busca que todos salgan ganando.

Si podemos elegir, mejor ganamos todos ¿no?


admin

Mis valores son la flexibilidad, el respeto y la comunicación. Consultora, Formadora y Coach en coaching organizacional, desarrollo de habilidades de dirección y comunicación interpersonal y organizacional. Me entusiasma acompañar en las transformaciones de las personas y las organizaciones a través de la consultoría y la formación.

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